El Cristianismo ha considerado históricamente a este animal como diabólico y pecaminoso. De hecho la identificación bíblica del diablo con la serpiente originó la connotación de “mal” asociada a la palabra “dragón”.
El monstruo marino Leviatán, descrito en el Libro de Job con características propias de un dragón, es llamado “Rey de las Bestias”.
En el libro de la Revelación (capitulo 12, versículo 3) se describe a una enorme bestia roja con siete cabezas, cuya cola barre un tercio de las estrellas del cielo sobre la Tierra. (¿un dragón acaso?)
En algunas de las traducciones de varios apartados de la Biblia se utiliza la palabra “dragón” para describir a la Bestia (el Diablo),