Durante la Edad Media, Fueron considerados símbolo de apostasía y de traición, aunque también de cólera y envidia.
Los dragones de varias cabezas significaban decadencia, opresión y herejía, aunque también fueron considerados como emblema de independencia.
Según las creencias Orientales los dragones representaban la Sabiduría, paciencia y eran guardianes de secretos.
El Dragón Fafner (Fafnir) –custodio del tesoro de los Nibelungos–, simboliza la avaricia en la mitología escandívana.